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jueves, 10 de mayo de 2012

Espacio 13
Un año más sin ti…Conchita
Tus nietos están creciendo
Estás donde nadie te hace daño
“Por qué los ojos tuyos Conchita se han cerrado para siempre”.
Alfonso Mora Chama
     Otro año más  sin ti Conchita.
       Nuevamente la botella de ese brandy que en ocasiones como ésta, se prestaba para el brindis, otra vez permanecerá cerrada Mamacita.
      Un día más, el dedicado a las madres, lo pasaré sin te extrañando tu ausencia, tu voz de amorosa madre que impacientemente esperaba a todos para estar en esa mesa grandota de 12 sillas que mandaste a construir para disfrutar del mole, los chocos y los chiles rellenos que un día antes iniciabas en su preparación y nosotros, pegados en la cocina  en esos momentos que con cariño mezclabas la carne para los chiles…¿Te acuerdas Mamá?...
      Yo aun lo recuerdo y esto hace que te ame más y te adore,  que reconozca a esa gran señora que  también en el papel de padre, y con un modesto pero honesto trabajo  me hiciste hombre de bien, de principios, me heredaste una gran fortuna inigualable, envidiable y que jamás se acabará: un título universitario. Como también lo hiciste con mi hermano, pedagogo ya jubilado que ha formado una gran y excelente familia, con yernos,   nueras y nietos, creciendo la “marimbita” como tú decías…
       Me consuela saber en dónde  estás, en lo alto en donde nadie puede incomodarte, que bueno, en donde nadie te hace daño. Porque allá no existen envidias como aquí las padecemos  entre quienes nos decimos hermanos, amigos, compadres, en una sociedad que en sus diferentes clases, arrojamos a los débiles al callejón de la amargura…marginamos a quienes calzan huaraches y comen chile y tortilla…..pero allá junto a Dios no sabes de rencores, de enojos y de traiciones.
   Aquí Mamá sigue el odio, la mentira, la calumnia, nada cambia.  El egoísmo luce en su esplendor en todas las capas sociales, pero duela más en los indefensos, en los marginados y condenados a la pobreza toda.
     Pero en donde estás Mamá me da gusto…porque estás en donde lo bello, donde está la luna y las estrellas y te hablo de la noche,  es cuando me llega la nostalgia porque ya no estás junto a mi Mamá…es duro soportar tu ausencia aunque pasen ya 9 años; aún no olvido cuando tu delgada mano abandonó la mía después de 11 días de desvelo, sentí la sombra, el frio y la presencia de la muerte. Vi tu rostro y mis lágrimas alcanzaron a rodar por tu brazo, después de que nos diste sin saberlo, la bendición para mí y para mi hermano Jorge…
   Te lloro en silencio, lo confieso, en el silencio de la noche y en la luz del día- recordando tu sacrificio para que saliera adelante en mis estudios, ya no puedo abrazarte para agradecerte, ya es tarde, tú no estás conmigo…estuve a tu lado hasta el final de tu jornada, en esa vieja cama del hospital, la 151 del Seguro Social. No estabas enferma, solamente cansada y preferiste volar al lado de Dios para decirle que habías cumplido…
     Como madre, mi Conchita. Excepcional. Duele el no poder decirtelo cuando ya no estás conmigo. Perdón Mamá por mi egoísmo porque si estás junto a Dios deseo que estés junto a mí, sabiendo que algún día cuando así lo decida el Creador, estaremos juntos para siempre…
    Salen lágrimas no de remordimiento ni de amargura…son de dolor por no verte ni abrazarte y hoy estaré ante tu tumba no por la fecha cuando siempre te he visitado, para decirte una vez más  que pidas por nosotros, porque tus nietos siguen creciendo y necesitan de tus sabios consejos, esa honradez y sencillez  que me inculcaste y te juro que no te he fallado.
  Les diré a mis nietos de la honestidad que me aplicaste para siempre. Te lo agradezco Mamá, mientras que…
    En el silencio de la noche seguiré llorando por ti Mamá, sin vergüenza y sin arrepentimiento, esperando el llamado de Dios para verte y abrazarte. Momento dichoso, feliz, de ternura que esperaré con ansiedad. Podré decirte para entonces que tomé el camino difícil lleno de obstáculos y de traiciones, el del periodismo de combate que habla con la verdad y que no se presta al chantaje y al soborno.
   Puedes estar tranquila Mamá…no te he fallado. Mis hijos y mis nietos lo saben.
     Hasta pronto Mamá. Pide por tu familia que aun habitando tu casa que heredaste para ellos, te recuerdan y te adoran.
   Adiós Mamá…seguiré en mi rutina, ahora con una responsabilidad junto a un gran hombre, de la nueva generación de jóvenes, limpios, decentes, cultos, de los que necesita México y que lograrán el triunfo porque son gente de bien de fe y de grandes expectativas…
  Te pido que nos cuides sabiendo que tus rezos y plegarias son junto a Dios.
   Gracias Mamá…una oración para ti aunque sinceramente más la necesito yo.

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